viernes, 2 de enero de 2009

La lluvia

Bruscamente la tarde se ha aclarado
porque ya cae la lluvia minuciosa.
Cae o cayó. La lluvia es una cosa
que sin duda sucede en el pasado.

Quien la oye caer ha recobrado
el tiempo en que la suerte venturosa
le reveló una flor llamada rosa
y el curioso color del colorado.

Esta lluvia que ciega los cristales
alegrará en perdidos arrabales
las negras uvas de una parra en cierto

patio que ya no existe. La mojada
tarde me trae la voz, la voz deseada,
de mi padre que vuelve y que no ha muerto.

Jorge Luis Borges, en "El hacedor".

Sin título

Mirá, todo el lenguaje, sólo para vos y para mí. Agazapado y a la espera. Todo el idioma, bien armadito y presentado, organizado como una ciencia triste, gritando y pujando por volver a ser el medio de supervivencia para que fue ideado. Engalanado con sus puntos y sus comas, que en el aire son silencios, y sus tildes y sus agudas, graves y esdrújulas, en la forma de pequeños nudos en el aliento revestidos de alguna que otra música con métrica de necesidad; y sus espurios dialectos, inventados para dividir a los hombres. Las haches, que nunca han existido y nunca nos han visitado, firmes sobre sus piernas, abrazadas a sus vocales para poder seguir viviendo en ese aséptico y nada fecundo ámbito académico al que fueron confinadas.

Tan precioso, tan amado, tan necesario. Tan inabarcable, tan complejo, tan pulcro. Tan tuyo y tan mío. Y sin embargo ahí te espera -hoy te espera sólo a vos-, con el mentón entre sus manos, triste y solitario, sollozando. Ahí te espera para que lo tomes, y lo saques de su cárcel. Para que te lo lleves a tu casa, a tu pieza, o a tu escritorio o biblioteca, y allí, en una noche de mareo existencial y lucidez divina, lo tomes por las astas. Lo acaricies y lo mires, seduciéndolo, como si te excitaras al saber lo que vas a hacer con él. Para que lo beses, lo hagas tuyo. Muy, muy tuyo.

Y ahí tenerlo, cautivado y sosegado, por unos instantes. Hasta que sientas que estás lista, sabiendo, teniendo muy presente, que no habrá marcha atrás. Ni para vos ni para mí. Y así, cuando se haya dormido con una sonrisa -como es de costumbre en estas solemnes ocasiones-, le asestes un golpe letal en el pecho. Le arranques el corazón y lo muerdas, y lo saborees. Para que lo agarres del pellejo, y lo estires hasta romperlo, hasta que se desangre, hasta que se desgarre. Tomarle las vísceras y desparramarlas por toda la habitación, pintarte la cara y el cuerpo con su tinta escarlata, y escupirlo, denigrarlo, patearlo y golpearlo. Lamerlo, morderlo, y besarlo por última vez -que como última, también es primera de otras tantas que desconocemos-.

lunes, 24 de noviembre de 2008

Adrenalina (poesía en 30 segundos)

La lluvia y su aroma producen tantas sensaciones y reacciones que me es imposible enumerarlas con una mínima coherencia. Entre ellas, la más relevante -sin duda alguna la más relevante-, es prepararnos para lo que vendrá. El corazón late más fuerte, las venas se abren, henchidas, y los pulmones buscan ahogarse en su perfume. El problema de la muerte no es poner término a la vida con mayor o menor decoro, sino su falta de oportunismo, que nunca está a la altura de las circunstancias.

jueves, 20 de noviembre de 2008

20 de noviembre: Happy New Year

Mira, no pido mucho,
solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fìn de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo del mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

Julio Cortázar

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Música para tus oídos

Quisiera ser una base de John Bonham,
o tres acordes de Jimmy Page.
Como póstumo deseo, reencarnar en Jimi Hendrix,
o en la voz ronca de Tom Waits.
Y en train de fantasear, quizá ser un Roger Waters,
o un vernáculo Andrés.

Si no se me concede semejante privilegio,
quiero la locura de Prodan, de Dalí,
y las guitarras de Steve Vai.
Descubrir el lado oscuro de la luna,
la poesía de Miguel; y ser signo de pregunta,
en tu consciencia demodé.

domingo, 16 de noviembre de 2008

Líneas que se entrelazan

Líneas que se entrelazan. Te recorren, de arriba a abajo, de pies a cabeza. Líneas de colores, llenos de luz, de brillo, deliberadamente elegidos. Me da miedo pensar quién podría haber hecho algo así. Pánico. Sé que no lo entendería, y creo que vos tampoco. Mi pequeña humanidad me impide comprender algo tan simple y tan hermoso a la vez. Me pregunto, tengo curiosidad, quiero saber. No tengo respuestas, me aterroriza no tenerlas, pero me hace tanto bien; no voy a buscarlas, juro que, por una vez en la vida, no voy a buscarlas. Líneas que se entrelazan, se aprietan, se estrujan, se friccionan entre sí, se buscan y se rechazan, chocan la una contra la otra hasta explotar en nuevos colores que comienzan a recorrerte otra vez. Se deslizan sobre vos, irregularmente, alocadamente. Crean imágenes que enceguecen, para destruirlas con impunidad antes de darles vida. Me pienso culpable; sólo yo, y nadie más que yo, acá y ahora. Un instante que se va, veo que se va, y nada luego habrá de ser igual. Te acarician y te hacen reír; te hacen cosquillas, juegan con vos. Por un momento te hacen olvidar de todo lo que querés olvidar; y jurás que, por una vez en la vida, vas a dejarte llevar. Te comprometés de cuerpo y alma a ello. Te sonreís, te reís una y otra vez, cada vez más. Progresivamente más. Y yo con vos. Te sigo tímidamente, como si fuera la primera vez. Te sigo y te alcanzo. Por única vez te alcanzo. Me tomás la mano, invitándome. Tus dedos y los míos, rectilíneos, se abrazan, encorvándose, para encontrarse. Aferrarse. No soltarse. Se aprietan, se estrujan, se friccionan entre sí, se buscan y se rechazan, chocan los unos contra los otros hasta explotar en nuevos colores. Somos líneas que se entrelazan...